Conoce la Historia de Berenice

MI VIAJE DE FE Y FORTALEZA: LA HISTORIA DE BERENICE 

Hola, soy Berenice, y quiero compartir contigo mi historia. Soy madre de cuatro hermosos hijos varones, con edades que van desde los 32 hasta los 8 años. Criada como la menor de cuatro hermanos, tuve una niñez que podría describirse como normal. Pero, como la vida misma, mi viaje ha estado lleno de momentos emotivos que han moldeado mi camino a lo largo de mis 46 años.

En 1992, a una edad temprana, me convertí en madre por primera vez. Fue un momento increíblemente hermoso, a pesar de mi juventud. Sin embargo, apenas dos meses antes del segundo cumpleaños de mi hijo, mi mundo se vio sacudido por una tragedia inimaginable: la repentina muerte de su padre. Fue un golpe devastador, pero encontré la fuerza para seguir adelante.

En el año 2000, nació mi segundo hijo, y decidí abrazar esta nueva etapa de la maternidad con todo mi ser. Fueron años llenos de momentos felices y recuerdos preciosos.

Pero en el año 2006, mi vida dio un giro inesperado cuando recibí la noticia de que tenía Cáncer. Descubrirlo mientras tenía hijos fue abrumador, pero acepté el desafío y luché con todas mis fuerzas.

El año siguiente, en 2007, marcó otro punto de inflexión cuando perdí al padre de mi segundo hijo, una persona increíblemente importante en mi vida. No pude despedirme de él en el hospital debido a mi condición de salud en ese momento. Los años pasaron, y en lugar de sanar, seguí adelante con "curitas" en mi corazón, creyendo que podía continuar así.

Finalmente, en 2010, tomé la decisión de dejar todo atrás y venir a vivir a Estados Unidos con mis dos hijos, buscando un nuevo comienzo.

En 2013, el amor volvió a entrar en mi vida, y comencé a experimentar una nueva etapa llena de belleza y esperanza. Pero fue en 2015 y 2016 cuando Dios me bendijo con dos nuevos hijos, llenando mi vida de una alegría indescriptible.

Sin embargo, todo cambió el 15 de marzo de 2017, cuando el autismo llegó a nuestra familia. Esta fue una prueba como ninguna otra, y me hizo darme cuenta de que no podía hacerlo sola. Necesitaba a Dios más que nunca.

Con el apoyo de mi segundo hijo y algunas amigas increíbles, finalmente acepté a Dios como mi único Salvador. Reconocí que Él era el único que podía llenar el vacío en mi corazón y guiar a mi familia por este nuevo camino.

Hoy en día, gracias a mi fe, he aprendido que no importa lo que haya atravesado en la vida, Dios siempre está ahí para arroparnos con su misericordia y hacernos sentir como sus hijos amados.

Recuerda, "Todo es posible para el que cree" (Marcos 9:23).

Con amor, Berenice ❤️

Todos tenemos una historia... ¡Cuéntame tu historia! ⬇️⬇️

Regresar al blog

Deja un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.